Cuando una mujer queda embarazada por primera vez, comienza a experimentar muchos cambios físicos, pero también empiezan a surgir muchas dudas y preocupaciones con respecto a los cuidados del bebé. En vista de ello, es útil informarse antes de la llegada del bebé.
Etapa final del embarazo
En la semana 38 de embarazo, los días están contados para recibir al bebé. En estos momentos, es normal que las emociones y los pensamientos de la mujer estén desbordados, debido a que se tienen muchas ilusiones, expectativas e incluso ansiedad ante lo nuevo.
Durante esta semana, el bebé está casi desarrollado por completo, ya es capaz de ver algunas siluetas y reconocer sonidos, en especial, los de su madre y familia cercana. Sin embargo, aunque falte muy poco y se sienta que el bebé ya no tiene espacio en la barriga, es importante saber que algunos de sus órganos aún se encuentran en desarrollo, como por ejemplo: los pulmones y el cerebro.
Con respecto a los síntomas que siente la embarazada, puede notar mayor presión en la pelvis, la cual es producida por el cambio de posición del bebé, que se coloca cabeza abajo, listo para salir. Asimismo, es posible experimentar contracciones con más frecuencia, pues esta es una forma de preparación que tiene el cuerpo antes del parto.
El cansancio y los cambios de humor son también bastante normales en la etapa final del embarazo. Por otra parte, los niveles de oxitocina van aumentando, lo cual disminuye la ansiedad, favorece el proceso de lactancia y lo más importante aún, en el instante del alumbramiento ayuda a disminuir los dolores.
Conoce el meconio
Con la llegada del bebé, los padres y todos los individuos involucrados en los cuidados básicos del bebé, deben aprender a reconocer ciertas características de su desarrollo, lo cual se evidencia en elementos cotidianos como las heces del bebé.
Las heces que el bebé expulsa en los dos primeros días de su nacimiento, son conocidas como meconio. Estas se caracterizan por tener una coloración negra con una consistencia pastosa. A medida que van pasando las horas, las heces pasan a la etapa de transición, pudiendo percibirse un poco más líquidas y de un color verde oscuro.
Una semana después aproximadamente, el bebé ya debería estar expulsando las heces definitivas, que se distinguen por ser de color amarillo, a veces verdosas, y con una consistencia grumosa y semilíquida, muy parecido a una pomada. Y si el bebé es alimentado con lactancia materna exclusiva, las heces no tendrán casi olor.
En este punto es importante mencionar que algunos bebés de dos o tres semanas de nacidos pueden presentar un caso de deposiciones escasas del bebé amamantado, lo cual suele asustar y preocupar mucho a los padres, quienes piensan que el bebé sufre de estreñimiento, pues este deja de evacuar diariamente, tardándose desde unos días hasta un par de semanas sin expulsar heces.
Sin embargo, esto puede ser absolutamente normal, ya que se cree que la leche materna es absorbida casi en su totalidad por el organismo del bebé, y por ende, son muy pocos los residuos que se generan para ser expulsados.
Sobre el peso
Por último, es fundamental hablar sobre el peso bebes por meses, siendo este el tema más recurrente en las consultas. Y aunque el peso del bebé es algo subjetivo, se pueden llevar los siguientes registros estimados:
- Menos de 10 días de nacido. Es normal que experimente una pérdida de peso del 10%.
- Un mes. Se pueden percibir aumentos de 20 gramos por día.
- De 2 a 4 meses. Aumento de 100 a 200 gramos por semana.
- De 5 a 6 meses. El aumento de peso es más lento, ya que es de 500 a 600 gramos cada mes.
- Seis meses a un año. Con la integración de nuevos alimentos además de leche materna, el bebé suele aumentar 350 o 400 gramos hasta los seis meses; mientras que al cumplir un año de vida, la ganancia de peso se estima en 250 gramos a 300 gramos al mes.
Cabe destacar que determinar números exactos es complicado, pues en el peso del bebé influyen factores como el género, la edad, genética y el tipo de alimentación.