Cada vez están más de moda las vacaciones o viajes diferentes a lo establecido, como pueden ser las estancias en localizaciones con playa, en la montaña, o en ciudades y pueblos con encanto, monumentos o aquellos sitios en los que se respira un remanso de paz.
Dentro de otras posibilidades existen los cruceros, aunque tradicionalmente pensamos en grandes travesías marítimas por mares y océanos, como el Mediterráneo, visitando las islas griegas y las costas de otros tantos países, que bañan las aguas de este mar; así como cruceros por el Atlántico, con la visita a islas paradisíacas, como las afamadas islas del archipiélago hawaiano. Incluso, cruceros por los océanos de ambos polos, para disfrutar de paisajes glaciales sorprendentes.
Sin embargo, existe una alternativa de viajes por el medio acuático, que son los cruceros fluviales, es decir, cruceros por los ríos navegables de todo el mundo. La ventaja de estos cruceros es que podrás visitar gran cantidad de ciudades, e incluso de distintos países, surcando los grandes ríos del mundo.
Veamos a continuación algunas de las posibilidades que ofrece Mi Crucero Fluvial para disfrutar de unos días de descanso con este tipo de plan para las vacaciones.
Crucero por el Ródano
El Ródano es uno de los ríos más grandes de Francia, que atraviesa la zona Este del país, aunque nace en los Alpes suizos y desemboca en el mar Mediterráneo.
Este crucero comienza en Martigues, un lugar de Francia que se encuentra en la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul, en el distrito de Istres. El primer día comienza con un embarque por la tarde en dicha localización y una cena mientras el barco se traslada hacia Port-Saint-Louis, desde donde se toma el río Ródano para llegar a Arlés y Avignon, ciudades que se visitan durante el segundo día.
Durante el tercer día se llegará a Les Baux de Provence, y durante el cuarto, se hará una parada en La Voulte, dirigiéndose posteriormente a Tain L’Hermitage.
Al quinto día, se llegará a Lyon, y durante este y los dos siguientes días, se visitará esta ciudad y Macon, terminando en Lyon, donde confluyen el Ródano y su principal afluente, el Saona.
Qué ver en las ciudades de este crucero
Arlés destaca por ser una ciudad con asentamiento romano, que posteriormente, se convirtió en una gran ciudad medieval y moderna. Destacan sobre todo, los monumentos romanos, como las termas de Constantino, aunque el monumento que no puede dejar de visitarse son las arenas de Arlés, un anfiteatro construido poco después del Coliseo de Roma y con características similares, siendo uno de los mejor conservados del mundo.
En Les Baux de Provence se podrá visitar el castillo y la iglesia de Saint Vincent, ejemplos característicos de la arquitectura medieval provenzal, tanto civil como religiosa. Esta pequeña localización fue la inspiración para Dante Alighieri y la escritura de su Divina Comedia.
Merece la pena realizar una parada a la altura de Aveyron, para trasladarse a Hauterives y visitar el Palacio Ideal del cartero Cheval, una gran edificación construida por este cartero que durante sus servicios recogía piedras con las que construyó, tras 30 años, una gran edificación con elementos decorativos variados, como columnas con adornos y diversos capiteles, arcos, torres, estatuas y gárgolas, creando una sorprendente vivienda.
En cuanto a Macon, es una ciudad de la que se conservan vestigios prehistóricos, y fue una importante ciudad durante la época del Imperio Franco, destacando los importantes castillos borgoñeses.
El viaje finaliza en Lyon, ciudad que fue capital de la Provincia Romana de la Galia, y de la que quedan a día de hoy grandes edificaciones, como el Odeón, un gran teatro. De época medieval y renacentista, se encuentran el barrio de Vieux Lyon y la basílica de Notre-Dame de Fourvière. No se puede dejar de visitar la Catedral de San Juan Bautista, que se comenzó a construir en el siglo XII, con una evolución de la arquitectura románica y gótica.