Los dueños de vehículos saben que tienen la obligación de contratar un seguro para cubrir los desperfectos que pueda sufrir el coche, o bien, los que este pueda provocar en otros. Es por ello que existe un mercado amplio de compañías aseguradoras con ofertas y paquetes atractivos, sin embargo, RACC, además de esas ofertas, ofrece una cartera de servicios difícil de superar por otras compañías.
Son millones las personas que todos los días utilizan el vehículo para desplazarse, ya sea por motivos laborales, familiares, de salud, ocio o fuerzas mayores. En todo caso, esos desplazamientos de por sí ya entrañan un riesgo, que puede deberse a fallos mecánicos, accidentes y otro tipo de incidencias en las que un vehículo pueda verse involucrado. Ante esa situación, la ley obliga a los dueños a contratar los servicios de las empresas aseguradoras.
Así pues, la pregunta que surge es: ¿con qué compañía contratar el seguro? Obviamente, la respuesta es compleja, porque existe tanta oferta y tal es la cantidad que, no en pocas ocasiones, abruman a los dueños de vehículos, y muchas veces estos se dejan llevar por una mala asesoría y después hay problemas a la hora de la verdad. Sin embargo, eso no pasa al asegurar tu vehículo con el RACC, ya que se entiende que una compañía con más de cien años de servicio ha demostrado con creces, no solo su solvencia, sino su conocimiento de las necesidades del mercado, con todas las razones para decantarse por sus productos.
Ventajas de un seguro a terceros, con o sin lunas incluidas
Uno de los productos más habituales que se contratan en las aseguradoras es el seguro a terceros. En RACC llevan años mimando este tipo de paquetes, porque, no solo es el más demandado, sino que proporciona una serie de servicios vitales para los conductores. Entre ellos, el compromiso de supervisar y arreglar averías en 30 minutos, durante las 24 horas del día, todos los días del año o cubrir los desperfectos.
Aunque los clientes se suelen decantar por asegurar las lunas, también hay quien quiere prescindir de ese servicio, y es algo que permite RACC. Al mismo tiempo, hace frente también a una asistencia sanitaria ilimitada durante dos años, en el caso de ser beneficiario del seguro médico, o hasta 25.000 euros si no se tiene esa póliza.
Entre otros beneficios del seguro a terceros RACC, está el hecho de tener a disposición una defensa jurídica especializada, en caso de tener que reclamar derechos en accidentes, fianzas y daños a terceros. Por último, es un paquete que también contempla el hecho de disponer de un vehículo en caso de que el propio esté en el taller para ser arreglado, razón a tener en cuenta, porque el asegurado no se verá desamparado cuando el coche suponga una herramienta vital del día a día.
La tranquilidad de contratar un seguro a todo riesgo
No obstante, si lo que se pretende es tener la máxima tranquilidad al volante, lo mejor será decantarse por contratar un seguro a todo riesgo que pueda dotar de todas las coberturas a terceros y, además, otras asistencias adicionales. Entre esas coberturas adicionales, queda cubierto, incluso, el equipamiento que no viene de serie con el coche, como puede ser la radio. Al mismo tiempo, han contemplado coberturas fortuitas, como los desperfectos que puede sufrir el vehículo por algún acto vandálico.
Parámetros que determinan el precio de un seguro
Así pues, existe una serie de factores heterogéneos en los que se basan las compañías para determinar las cuotas a pagar, e indicar la cuantía de la póliza. En este caso, es destacable que cuanto más completo sea el seguro, más caro será. Otro de los grandes parámetros que se tienen en cuenta, es el de las características y la antigüedad del coche y, en función de ello, también se dispondrá de un rango de precios del seguro.
Por último, es preciso señalar un factor que depende mucho de la responsabilidad personal y de la actitud que el potencial cliente tenga ante el volante, ya que se valora mucho la experiencia de los conductores y el historial de conducción. Ambas destrezas serán determinantes para las compañías a la hora de cerrar un precio final en la póliza del seguro de vehículos.